sábado, 12 de septiembre de 2009

Ojos de cultura

Lo mejor fue la despedida, lo demás, hasta entonces, puro relleno.
¿Qué le pasa al vaso que, por más que mis ansias le llenan y llenan de alcohol esta noche, ninguna gota entra por la garganta a calmar mi corazón?
Mi mano fría como el viento sur, yergue y hace bailar la pluma ardiente en tinta; y estas líneas cobran vida... porque es alguien quién las lee.
Una vez más, y una tras otra; infinitas fracciones de algo llamado tiempo me traspasan mientras intento ahogar está confusión envalentonada provocada todos los otros en mi, y por todo lo mío en los otros. Si criticas la cultura, te criticas a ti mismo. Si le escupes, te escupes en la cara.
Esta noche no hay idea que me salve del bombardeo social sangriento y poderoso que profana pensamientos originales en si mismos. Quisiera quitarme, aún que fuese por un segundo el sello maldito que debo portar ante mis ojos, para así poder apreciar el mundo sin sesgos, más que los propios.
Esta noche me ahogo, es esta una batalla perdida, y no quiero pensar más, ¡ay de quién lo quiera entender!, ¡ay de quién lo intente! Solo si… naciese de nuevo.

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